
Esas voces que te hablan a media noche, esos ruidos que solo escuchas cuando estas solo, ese momento en que te duele el pecho y solo piensas en… “que he hecho mal?”. Ese es el momento en el que te comienzan a merodear tus demonios, cuando estas solo y sin luz y sientes que tienes que hacer ruido, o cantar, o mejor aun salir corriendo sin voltear atrás!
Mis grandes y gordos errores, creo yo que todo comenzó cuado el futuro llego antes de tiempo y me arrebato alguien que tenía que de verdad amaba, es se las ultimas veces que me verán llorar, y si lo hago será pensando en ella y en el por que tenía que pasar. Y es que ella no fue el error, fue mas bien una bendición que llego a llenarme de luz, a enseñarme que había partes buenas en mi que eran suficiente para valer la pena, pero al final no fue así y mi primer reproche fue a un dios inmaduro que no supo que este no era su patio para salir a jugar a decidir quien debe vivir.
Sigo pensando que fue injusto, se que soy egoísta y algún día tendré que aprender a dejarlo ir, y así deshacerme del demonio de su muerte y del miedo a perder al alguien mas de la misma forma y volver a ser yo el que se quede solo aquí.
El segundo demonio es el que me acosa de día, el que se aprovecha de la luz para a mis espaldas estar murmurando, el que se le mete a la gente que conozco y busca como siempre estar cerca de mi, ese que aleja todos los nuevos espíritus sin saber si son buenos o malos, solo por que antes de ser demonio yo no supe construir firme su pedestal y dejarlo lo suficientemente fuerte para que a mi partida quedara en pie, y fuera ella sola la que decidiera que esto era lo mejor. Ese demonio no lo tengo que encarar, solo me queda dejarlo ir y nunca mas volverlo a convocar.
El ultimo demonio es el mas fuerte, no por su agilidad o su destreza sino por que es joven y tienden a ser mas definitivos, como resultado mas fáciles de atormentarse. El problema con este demonio es que sabe hablar dulce como un amanecer juntos y me puede transtornar en cualquier momento, lo difícil de este es que soy yo quien lo hace fuerte, lo malo de este es que ni siquiera yo estoy seguro de que quiero que se vaya, somos tan parecidos que no se si es un demonio disfrazado de humano o es un humano que simplemente yo lo estoy echando a la hoguera.
Y esos son los tres mas resientes con los que tengo que vivir, son ellos los que viven dentro de mi cabeza y es el problema, que escogieron el peor barrio para vivir.